Un nuevo estilo en la actividad presidencial: aparecer “sorpresivamente” en lugares donde se deben tomar decisiones rápidas y lograr entendimientos. Parece ser, ahora que se viene encima la campaña electoral y se definirá en octubre, el propósito “es estar, no sólo tocando timbres”, sino “presencias sorpresivas” para conocer “de visu” qué se necesita. Además, asistir a inauguraciones directas de obras que han sido anunciadas y “debe comprobarse sí se han iniciado”.