Viernes 29 de Marzo de 2024

RELIGION

17 de julio de 2019

DIÓCESIS DE LA RIOJA 17 de julio BEATOS ENRIQUE ANGEL ANGELELLI CARLETTI OBISPO Y COMPAÑEROS MÁRTIRES

FIESTA
LITURGIA DE LAS HORAS
Laudes y Vísperas se toman del común de varios mártires fuera del tiempo pascual con todos sus
elementos propios.
Mons. Enrique Angelelli (Córdoba, 1923-Punta de los Llanos, 1976), obispo de La Rioja, Argentina,
desde 1968, que participó del Concilio Vaticano II, procuró la aplicación de sus disposiciones a través
de una intensa renovación eclesial por la renovación de su presbiterio, la vida consagrada y el laicado.

Calumniado y perseguido, fue asesinado bajo la dictadura militar de ese país (1976-1983). En esos
mismos días y contexto, por su identificación con ese proyecto pastoral eclesial habían sido
martirizados Gabriel Longueville (Etables, 1931-Chamical 1976), sacerdote francés fidei donum; Carlos
Murias (Córdoba 1945-Chamical 1976), sacerdote franciscano conventual y Wenceslao Pedernera (San
Luis 1936-Sañogasta, 1976), trabajador y dirigente rural, esposo y padre de familia.
OFICIO DE LECTURA
SEGUNDA LECTURA
De las homilías de Mons. Enrique Angelelli
(Homilía en la fiesta de la Santísima Trinidad, 8 de junio de 1974)
Para que la Vida divina abunde plenamente en el corazón de los pueblos
La Santísima Trinidad: este es el misterio fundamental para el Cristianismo. Es el alma de
todo el Evangelio de Cristo y la Vida o Reino de Dios que se revela y se desarrolla en todo el
Nuevo Testamento. Es el adorable misterio de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La misma Iglesia nace de la Trinidad: del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. La Iglesia es hija
de la Trinidad. El cristiano es hijo de la Trinidad. Esta verdad del nacimiento de la Iglesia en la
Trinidad es fundamental para comprenderla y comprender su misión en el mundo. Desde aquí
comprenderemos mejor toda la obra colosal llevada a cabo por el Concilio Vaticano II. Más
aún, toda la creación; todo cuanto nos rodea está marcado y sellado por la presencia de Dios
Trinitario. El que tiene alma contemplativa podrá descubrir las huellas de Dios Padre que crea
y saca de la nada a la existencia todo cuanto existe. Descubriremos que el Hijo, Jesucristo, es
quien reconcilia, redime, salva, libera, lleva a toda la creación a la armonía rota por el pecado
del hombre. Es el Espíritu Santo que purifica, reúne lo disperso, santifica, convoca a los
2
hombres a vivir en fraternidad y comunión entre sí para hacer un pueblo nuevo que sea santo,
sacerdotal y señor de las cosas. Nos hace verdaderamente el Pueblo de la Trinidad.
Esta presencia viva de la Santísima Trinidad en el corazón del cristiano es el secreto que
hace fuerte a los mártires; que le da fuerza a todos los que trabajan por la justicia y el
encuentro entre los hombres; es quien le da sabiduría y fortaleza para que los pueblos luchen
para ser respetados y considerados como templos vivos de la Trinidad; es aquí donde
encuentran sentido la vida de los consagrados que entregan totalmente la vida al servicio de
sus hermanos; es aquí donde se mantienen frescos y permanentes los valores eternos
escondidos en el corazón del Pueblo.
Qué pobres somos y cómo a veces nos equivocamos, cuando pretendemos juzgar a la
Iglesia de la Trinidad con razones puramente humanas o considerarla como simple institución
humana. Más allá de lo que los hombres podemos equivocarnos como fruto de la limitación
humana o de nuestros pecados personales, sin embargo, nos debe alentar y darnos una serena
paz interior el saber con certeza que existe una presencia viva y verdadera del Espíritu Santo
que anima y asiste permanentemente a la Iglesia como Cristo la fundó, para que la Vida
Trinitaria traída al mundo por Cristo sea cada vez más abundante y plena en el corazón de los
pueblos.
Por eso, la Iglesia deberá jugarse hasta el martirio si fuere necesario, en el cumplimiento
de su misión, para que los hombres y los pueblos sean siempre templos vivos de Dios y
tratados como a tales. Aquí debemos ubicar el gran servicio que presta a la humanidad cuando
señala todo aquello que atenta contra la dignidad del hombre y de los pueblos y que no los
hace libres y felices sino desgraciados y esclavos. El hombre no ha sido creado, redimido y
santificado por la Trinidad para ser esclavo sino libre; para ser feliz y no oprimido; para ser
protagonista de su propio destino y no obsecuente. Solamente adorarás a Dios y a Él sólo
servirás nos enseña el primer gran mandamiento; con toda tus fuerzas, con tu mente y corazón
y el segundo, semejante a éste; esto mismo harás con tu hermano, que es todo hombre.
Responsorio cf. Mt 5, 6.10.12a
R. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. * Alégrense y
regocíjense porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo.
V. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos pertenece el Reino
de los Cielos.
R. Alégrense y regocíjense porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo.
Oración final
Dios todopoderoso y eterno,
que diste a los beatos Enrique Ángel, obispo,
y compañeros, mártires,
la gracia de luchar hasta la muerte
por practicar la justicia;
concede a tu pueblo que
viviendo con esperanza las contrariedades de esta vida
podamos contemplar eternamente tu rostro.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
3
MISA PROPIA
Del común de varios mártires para fuera del tiempo pascual.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno,
que diste a los beatos Enrique Ángel, obispo,
y compañeros, mártires,
la gracia de luchar hasta la muerte
por praticar la justicia;
concede a tu pueblo que
viviendo con esperanza las contrariedades de esta vida
podamos contemplar eternamente tu rostro.
Por nuestro Señor.
Liturgia de la palabra
Primera lectura
Nos ha llegado la salvación
Apocalipsis 12, 10-12ª
Lectura del libro del Apocalipsis
Yo, Juan, escuché una voz potente que resonó en el cielo:
«Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías,
porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los
acusaba delante de nuestro Dios. Ellos mismos lo han vencido, gracias a la sangre del
Cordero y al testimonio que dieron de él, porque despreciaron su vida hasta la muerte.
¡Que se alegren entonces el cielo y sus habitantes!»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial 22, 1-6
Ant. El Señor, es mi pastor nada me puede faltar.
El Señor es mi Pastor,
¿Qué me puede faltar?
En praderas cubiertas de verdor
El me hace descansar, me conduce
a las aguas de quietud y repara mis fuerzas.
4
El me guía por el recto camino
por su inmensa bondad.
Aunque cruce por oscuras quebradas
ningún mal temeré, me siento seguro Señor,
porque tú estás conmigo.
Tu Señor me preparas una mesa
Frente al enemigo, perfumas con oleo mi cabeza
Y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu amor me acompañan
a lo largo de mi vida y viviré
en tu casa Señor,
por muy largo tiempo
Segunda lectura
No teman ni se inquieten
1 San Pedro 3,14-17
Lectura de la primera carta del apóstol San Pedro
Queridos hermanos:
Dichosos ustedes, si tienen que sufrir por la justicia. No teman ni se inquieten; por el
contrario, glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor.
Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón
de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con suavidad y respeto, y con
tranquilidad de conciencia. Así se avergonzarán de sus calumnias todos aquellos que los
difaman, porque ustedes se comportan como servidores de Cristo. Es preferible sufrir
haciendo el bien, si esta es la voluntad de Dios, que haciendo el mal.
Palabra de Dios.

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, s�� el primero en escribir uno!