Viernes 29 de Marzo de 2024

RELIGION

1 de octubre de 2019

X Encuentro Regional Pastoral Familiar - Región Buenos Aires

"Que el amor de ustedes crezca cada vez más para discernir y buscar lo
mejor". (Cf. Flp. 1, 9-10).

El sábado 21 de septiembre en el Instituto Verbo Divino de Pilar se llevó a cabo el X Encuentro Regional de Pastoral Familiar: Región Buenos Aires, a la cual pertenece nuestra diócesis de Zárate - Campana.

Monseñor Ernesto Giobando SJ Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires  y Referente del Secretariado para Vida y Niñez de la CEVILAF, dio por la mañana una charla sobre "El Discernimiento en la Vocación al Matrimonio". Durante el resto de la jornada los participantes - referentes diocesanos de Pastoral Familiar - compartieron reflexiones, testimonios, trabajos en grupos con sus respectivas conclusiones; finalizando la misma con la Santa Misa. 
La Eucarística fue presidida por Monseñor Pedro Laxague Obispo de Zárate - Campana y Presidente de la CEVILAF, y concelebrada por los sacerdotes asesores diocesanos de Pastoral Familiar de Merlo - Moreno y Zárate - Campana: Jose Manuel Gonzalez Gonzalez y Ariel Perez.
  Homilía Monseñor Pedro Laxague 

El Evangelio de hoy (Lc. 16, 1-13) nos viene bien para culminar este encuentro, aunque más que cerrándolo, estaríamos abriéndolo. Ahora volvemos a nuestros pagos y tenemos que seguir adelante. Esto nos tiene que llenar de fuerza.
Hoy Jesús nos cuenta una historia extraña, a la que no estamos muy acostumbrados, amén de lo que escuchamos sobre nuestra propia historia Argentina, tanto de hoy como de ayer. Es el relato de alguien que tenía un cargo importante, tenía poder. Y lo denuncian porque era deshonesto. Entonces, su patrón, el superior, decide echarlo: "Ya no ocuparás más ese puesto".
Si alguno vivió la experiencia, no de la deshonestidad, pero sí de perder el puesto, sabrá que es algo feo. Es traumático perder el trabajo, más si ocurre de golpe, inesperadamente. Este hombre era deshonesto, pero él pensaba que le salía tan bien que nadie lo iba a descubrir. Sea como fuere, es un momento dramático. Sin embargo, en vez de deprimirlo, la misma urgencia del momento agudizó el ingenio del administrador. Así fue como inventó una nueva manera de obrar para estafar todavía más a su patrón y encima, quedar bien con los demás. Aparentemente, lo logró. Porque, claro, según pensaba: no sabía cavar zanjas (y muchas ganas no debía de tener) y pedir limosna le daba vergüenza. Enseguida, le encontró la vuelta.
Lo más extraño de todo esto es lo que el mismo Jesús dice en el Evangelio: que el señor, el dueño(es decir, Dios), alabó a ese administrador deshonesto. ¿Por qué? Por haber obrado tan hábilmente. La alabanza no es por lo que hizo, sino por la habilidad y la viveza que tuvo al armar un plan para zafar. Y después dice que "los hijos de este mundo son más astutos en el trato con los demás que los hijos de la Luz". Allí tenemos una crítica.
Ahora bien, podemos aplicar este Evangelio a nuestra situación. Nosotros estamos en una situación seria, de emergencia. Actualmente, hay emergencia alimentaria; nosotros podríamos decir que estamos en emergencia familiar. Y nos sentimos mal. Podemos preguntarnos: ¿qué hemos hecho? Como creyentes, como miembros de la Iglesia, como matrimonios cristianos, como pastores,¿qué hemos hecho hasta ahora?. Esta es una manera de lamentarnos y de estudiar la situación. Pero,como muy bien nos decía hoy Monseñor Ernesto Giobando, el discernimiento no consiste solamente en hablar de las causas o en hacer un discurso largo, sino en buscar un camino y, más precisamente, en ponerse en camino.
Uno discierne para decidir y para luego hacer algo. Si no, no está discerniendo; está estudiando o analizando la situación. Discernir nos lleva a actuar. Y este hombre discernió bien: vio que estaba en peligro, ya que se iba a quedar sin trabajo, sin plata, y todo el mundo lo iba a criticar. Entonces, logró un plan por el cual obtuvo dinero y, encima, un montón de amigos. Por eso Jesús alaba su habilidad y a nosotros, nos interpela.
Estamos en emergencia familiar y en muchas ocasiones nos hemos reunido para hablar de lo mal que anda todo, pero a veces nos cuesta discernir y ponernos en marcha....y así seguimos. Quizás nos vamos a reunir dentro de un año y vamos a hablar de las mismas cosas, pero no ponemos un plan en acción. Hoy, por suerte, contaron que en distintos lugares se hacen cosas realmente muy hábiles, muy astutas. Por ser demasiado ingenuos, podemos quemar una actividad pastoral o nuestro accionar. Nos desanimaremos entonces, porque los fracasos desaniman siempre.
Por lo tanto, tenemos que ser astutos. Eso es lo que nos está pidiendo el Señor. Cuando dice que "los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la Luz", nos está haciendo una crítica. Nosotros queremos ser hijos de la Luz, y hay que serlo: por el bautismo, y no solamente porque nos dieron una velita encendida, sino porque Jesús es la Luz. Sin embargo, a veces nos quedamos con que Jesús va a arreglar todo, y no hacemos nada. En cambio, el hombre del Evangelio sabía que el único que podía salvarlo era él mismo. Entonces, agudizó su ingenio y armó algo.
Tenemos que hacer como el administrador del Evangelio. Buscarle la vuelta. Y que no nos frene nadie. Como bautizados, como matrimonios, somos los pastores privilegiados para la pastoral familiar: lo dice claramente Amoris Laetitia. No es necesario pedir permiso ni al Papa o al Obispo, ni a los Curas. Si esperamos tener un permiso escrito, se nos va a pasar la vida...eso pasa a veces. Una cosa es que el Párroco nombre una comisión, un grupo de trabajo, etcétera, pero trabajar por Cristo, por la vida y por la familia es otra cosa. A todos nos toca, pero especialmente a los agentes de pastoral familiar, que son las familias.
Entonces, animémonos, porque el mismo Jesús nos dice que tenemos que ser astutos y obrar rápidamente, como el administrador. No esperar, no perder el tiempo.Si ese hombre perdía el tiempo, ya al otro día le llegaba el telegrama de despido. Él tenía pocas horas para actuar. Por eso, cuando todavía tenía la llave de la contaduría y la firma de los cheques, aprovechó y decidió actuar de esa manera. Y se ve que Dios, el patrón, es bueno, ya que le permitió que se acomodara un poco y no se fuera tan mal.
Dios nos está dando algunas horas más, pero no nos demoremos. Tenemos muchas ideas y muy lindas. Empecemos a hacerlas rodar. No importa que no salvemos el mundo. Lo poco que hagamos es mucho, porque eso se multiplica. A veces, pensamos:¿qué hacemos con todo lo que hay que hacer? No importa. Hoy decía un Obispo que él comenzó a hacer algunas cosas en una parroquia, y que después se contagió otra. A veces, queremos empezar desde la de arriba: desde el Obispado para abajo, desde el Secretariado Nacional para abajo, o desde la Región, y no logramos nada. En realidad, la cercanía influye mucho y hace que las cosas avancen. Cuando hay que respetar distancias, el proceso se hace más lento.
Vamos a pedir al buen Dios que hoy nos ilumine con su Palabra para que salgamos decididos a poner toda nuestra inteligencia y nuestra astucia al servicio de hacer producir este mensaje. Y no pensemos que por esto nos van a pagar. Al hombre que echaron ya no le pagaron más, pero él ahí fue rapidísimo. Nosotros a veces pensamos:¿quién nos pagará?...y ya sabemos quién nos va a pagar. ¡El de arriba nos va a pagar! – no el Obispo - y eso es lo lindo que tiene esto. Por eso, se dice que el dinero es de la injusticia. El dinero injusto no se puede aplicar a lo que nos deberían pagar por las horas en las que actuamos. Eso no tiene precio. Por eso no hay un pago. Si bien parece una injusticia, ese trabajo produce mucho.
Animémonos. Que esta Eucaristía nos dé fuerza, desde la Palabra de Dios y con su presencia, y que Jesús ya no tenga que decir que somos menos astutos que los otros. Que así sea.  

 

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, s�� el primero en escribir uno!