Jueves 28 de Marzo de 2024

SALUD

18 de junio de 2020

Telemedicina y receta digital: una nueva era en el sistema de salud argentino

La pandemia de COVID-19 generó todo un desafío para el sistema de salud argentino y aceleró los tiempos de implementación y regulación de prácticas tecnológicas en la medicina y en el recetado de medicamentos, con la mira puesta en un nuevo paradigma en el que podrán convivir en un necesario equilibrio las consultas profesionales presenciales y las digitales.

El Coloquio de Salud Digital “Teleasistencia y receta digital. Nuevo marco legal, alcances y desafíos para el sistema de salud argentino”, organizado por la empresa Bayer,  fue presentado por Virginia Gilligan, Directora de Comunicaciones para la región Cono Sur; y el panel coordinado por Andrea Rodríguez, responsable de Asuntos Públicos para Farma y Consumo.

A esa conclusión se llegó en el marco del Coloquio de Salud Digital “Teleasistencia y receta digital. Nuevo marco legal, alcances y desafíos para el sistema de salud argentino”, organizado por la empresa Bayer y de la que participaron cerca de un millar de personas vía plataforma Zoom.

La “nueva realidad” generada a partir del aislamiento social generado por el Coronavirus obligó a todos los eslabones del sistema médico a avanzar en la utilización masiva de algunas prácticas tendientes a evitar el contacto directo  para evitar la propagación de la enfermedad y preservar la salud tanto de pacientes como de médicos.

El uso de recetas digitales de medicamentos y las consultas médicas por intermedio de dispositivos electrónicos de comunicación son los dos principales cambios que se generalizaron durante la pandemia y que en el país cuentan actualmente con proyectos legislativos en tratamiento avanzado para regularlos.

En el marco del encuentro virtual, el diputado nacional Pablo Yedlin, médico y titular de la Comisión de  Acción Social y Salud Pública de la Cámara Baja, disertó sobre “La legislación de Receta Digital y Teleasistencia Médica” y avanzó sobre la historia de la norma que recientemente se aprobó y pasó al Senado para su tratamiento.

Yedlin recordó que la “Ley del Arte de Curar”, desde 1967 establecía que “las prescripciones y recetas deberán ser manuscritas, en castellano, fechadas y firmadas”, pero luego se fueron realizando modificaciones que algunos centros asistenciales u obras sociales habían comenzado a implementar.

“Hubo varios intentos en estos dos años de querer avanzar en formatos electrónicos, pero con  idas y vueltas hasta que la pandemia aceleró todo”, destacó el legislador, quien citó la autorización expresa del Ministerio de Salud de la Nación para el uso de la receta digital, como forma de evitar la movilización innecesaria de los pacientes durante la cuarentena.

Yedlin hizo hincapié en la importancia de garantizar la privacidad y preservar los datos de los pacientes, y  consideró que superada la pandemia el camino a seguir “debería estar conformado con que se habilite electrónicamente la prescripción, que la gente pueda ir a cualquier farmacia, y que el farmacéutico pueda ver en un sistema esa información y posteriormente archivarla digitalmente”.

Por su parte, el senador Mario Fiad, presidente de la Comisión de Salud del Senado de la Nación,  destacó que en el corto plazo el cuerpo comenzará a tratar en comisión la ley llegada de Diputados sobre receta digital para no provocar demoras innecesarias.

Fiad resaltó que tras realizar consultas con todo el sector médico nacional se trabajó en un proyecto de ley que avanzara además sobre telemedicina por un lado y la historia clínica digital por otro. La norma busca regular la telemedicina y presenta, como punto central, la conformación de una Agencia Nacional de Salud digital, que estará a cargo de reglamentaciones, controles y definiciones.

“Esta agencia tendrá muchas funciones puntuales, como por ejemplo lograr que haya una matrícula específica de telemedicina; que se acrediten, registren y evalúen a los servicios, que se defina estándares, y que se desarrolle un plan digital para fortalecer capacidades de equipos de telesalud y elaborar programas”, enumeró.

Si bien se trataba de prácticas que ya venían siendo utilizadas en algunos casos, la pandemia aceleró los tiempos, y en ese sentido el titular de la Asociación Civil de Telemedicina de la República Argentina y gerente de Relaciones Institucionales de la empresa de medicina prepaga OSDE, Gabriel Barbagallo, dijo que en esa firma casi se quintuplicaran en tres meses las teleconsultas en relación al mismo período del año pasado, con un plantel médico que pasó de 20 a 170 profesionales para atenderlas y un porcentaje de resolución que subió del 85 al 92.5 por ciento.

“La telemedicina no es ni un Dios ni un demonio, es una herramienta más de todas las que se desarrollaron a lo largo de la historia, como antes ocurrió con las prácticas del oscultamiento, que pasó de apoyar la oreja sobre una mantilla en la espalda de los pacientes a usar dispositivos por blue tooth”, destacó.

Barbagallo consideró que “estamos ante una triada imprescindible conformada por el profesional que aporta el conocimiento; la tecnología, con sus herramientas que brindan alcance y ubicuidad; y los procesos que aportan el necesario método, como por ejemplo las buenas prácticas”.

A su turno, Ignacio Maglio, abogado hospitalario, médico y coordinador de RedBioética, puso el foco en la importancia de “las relaciones personales entre médico y paciente”: “Hay que tener la convicción de humanizar la telemedicina, con un trabajo muy fuerte, como el que se está haciendo, que sea acompañado por el compromiso moral de este vínculo”, dijo.

“El valor de la presencia y el contacto del médico son esenciales”, resaltó Maglio al resaltar la importancia de la percepción del profesional y el contacto físico en la revisación médica.  También marcó un alerta sobre lo que llamó la “uberización o precarización” del trabajo de los médicos, y advirtió que “no se puede permitir que la telemedicina sea una válvula de ajuste”.

Al citar riesgos de la telemedicina para los profesionales, Maglio  llamó a evitar “el síndrome de ‘me clavó el visto’” que pueden sentir algunos pacientes y que el médico debería regular con “acuerdos previos” sobre la naturaleza de los contactos.

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